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Recomendaciones | Ejercicio físico y enfermedad causada por el calor

No cabe duda de que el ejercicio físico regular proporciona numerosos beneficios para la salud y la condición física general aportando, además, ventajas desde el punto de vista psicológico y social.

Sin embargo, la práctica de ejercicio físico en ambiente caluroso puede poner en riesgo el organismo tanto de deportistas profesionales como aficionados dado que, en estas condiciones, la sudoración se convierte en el principal mecanismo termorregulador produciéndose mayor riesgo de deshidratación y de enfermedad relacionada con el calor.

 

¿Qué es la enfermedad relacionada con el calor?

Engloba un grupo de condiciones de diferente grado de gravedad que tienen en común un desequilibrio entre la producción de calor y la capacidad del organismo para disiparlo.

  • Rash por calor: consiste en una erupción cutánea que produce picor y se localiza en las áreas cubiertas por la ropa
  • Calambres por calor: Dolores o espasmos musculares que se pueden producir durante o tras el ejercicio. Pueden empezar como leves fasciculaciones (contracciones) que progresan a espasmos más graves, generalizados y bilaterales que suelen ser Intermitentes y debilitantes. Se relacionan con pérdida muy abundante de sudor y sales.
  • Agotamiento por calor: se produce como consecuencia de la combinación de actividad física extenuante, deshidratación, y fatiga central. Es una situación moderadamente grave en la que se observa excesiva sudoración, debilidad, mareo, nauseas, dolor de cabeza y una temperatura corporal elevada.
  • Golpe de calor: Se produce por la práctica de ejercicio físico de alta intensidad en ambiente muy caluroso. Es una situación grave y una emergencia médica que se caracteriza por piel seca, temperatura mayor de 40 grados, delirio, convulsiones o coma y fallo circulatorio que puede conllevar daño a múltiples sistemas y producir la muerte

 

¿Cómo se puede prevenir?

  • Aclimatación: Exposición progresiva a la duración e intensidad del ejercicio en un ambiente caluroso y húmedo utilizando la ropa y equipamiento habituales. Aumenta el confort térmico y mejora el rendimiento aumentando la cantidad de sudor y el flujo sanguíneo de la piel y mejorando el balance hidro-electrolítico. Las adaptaciones se empiezan a conseguir alrededor de la primera semana pero el periodo de aclimatación completo tiene una duración de 2 semanas para maximizar los beneficios
  • Hidratación: Se recomienda una ingesta de unos 6 ml por Kg de peso cada 2-3 horas antes de un entrenamiento o competición en ambiente caluroso y entre 100 y 250 ml cada 20-30 minutos durante el ejercicio. Dado que el entrenamiento con calor aumenta los requerimientos de sodio podrían ser necesarios suplementos durante el ejercicio. Se recomienda reiniciar la hidratación de forma precoz tras el ejercicio. El control del peso corporal o la coloración de la orina pueden ser una guía sencilla de nuestro estado de hidratación.
  • Evitar realización de ejercicio físico en ambiente caluroso durante un proceso infeccioso o en la recuperación inmediata ya que la fiebre, la diarrea y determinados medicamentos pueden aumentar el riesgo de golpe de calor.

 

¿Cómo actuar ante un deportista con signos de enfermedad por calor?

  • Detener la actividad física
  • Avisar a las asistencias sanitarias
  • Poner al deportista en lugar fresco
  • Retirar el exceso de ropa o equipamiento
  • Si está consciente administrar abundante líquido
  • Refrescar al deportista mediante inmersión si es posible o en su defecto humedecer su cuerpo con agua
  • Si no es capaz de beber no intentar darle agua y ponerlo en posición lateral hasta que lleguen las asistencias

 

Con estas recomendaciones, esperamos haber contribuido al entendimiento de la “enfermedad por calor” y de cómo actuar.

 

 

 

 

 

 

Imagen | freepik
agosto 16, 2017 Ejercicio cardiosaludable