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Controla tu corazón

La edad, el sexo o los antecedentes familiares, son normalmente los principales marcadores de riesgo que indican si una persona puede padecer o no una enfermedad cardiovascular a lo largo de su vida. Sin embargo, existen otros sobre los que podemos actuar, de forma que si conseguimos controlarlos reducimos las probabilidades de sufrir un infarto.

a) Hipertensión: Puede provocar insuficiencia coronaria y angina de pecho, además de que el músculo cardíaco se vuelve más irritable, produciéndose   más arritmias. ¿Cómo la evitamos? Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, reducir la sal en las comidas, practicar deporte y seguir una alimentación equilibrada rica en :  frutas, verduras, legumbres, frutos secos en cantidades reducidas y cereales integrales. También es muy recomendable  usar aceite de oliva como grasa principal e incrementar el consumo de aves y pescado .

b) Alta frecuencia cardíaca: La frecuencia normal en reposo oscila entre 50 y 100 latidos por minuto. Para conseguir reducir la intensidad de la frecuencia cardíaca se recomienda practicar semanalmente deporte, así conseguiremos controlarla.

c) Colesterol: Un nivel de colesterolemia por encima de 240 provoca el doble de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio .La principal razón que estos e produzca es por que cuando las células son incapaces de absorber todo el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se deposita en la pared de la arteria y contribuye a su progresivo estrechamiento. Para tenerlo a ralla hay que vigilar las grasas en las comidas y combinarlo con la práctica del deporte de manera regular.

d) Enfermedad periodontal: Las personas con cardiopatía isquémica en España, alrededor del 40%, han sufrido la pérdida de alguno de sus dientes. Por eso, el cuidado de la enfermedad periodontal resulta beneficioso para la salud cardiovascular, ya que cuidando la boca conseguimos cuidar también la buena salud del corazón.