El secreto de una vida larga está en nosotros mismos. Para mantener la salud del corazón es fundamental combinar una práctica deportiva de base con una alimentación saludable, reducir el alcohol, el tabaco y mejorar nuestro descanso. De esta manera, conseguiremos mejorar notablemente nuestra salud física y mental, sintiéndonos mucho mejor y viviendo vidas más longevas.
– Cuidar la alimentación
El dicho de que somos lo que comemos no está exento de razón, ya que comer sano es la clave para que nuestro organismo viva más y mejor. Solo tenemos que llevar un control diario de lo que comemos y aumentar nuestras dosis de fruta y verdura. Además, es muy importante que la dieta sea lo más variada posible, aumentando el consumo de fibra, tomando pescado al menos dos veces a la semana y disminuyendo las carnes rojas y los productos con grasas saturadas.
– Practicar actividad física regular
El ejercicio físico moderado nos hará sentir mucho mejor, ya que quienes mantienen una vida activa, consiguen mejorar su calidad de vida y disminuir la posibilidad de sufrir enfermedades crónicas y envejecimiento prematuro. Y es que, no necesitamos ser deportistas de élite o cumplir con exigentes rutinas deportivas para mejorar nuestra esperanza de vida, solo tenemos que practicar de forma regular algún deporte. Será muy saludable salir a correr, el ciclismo, natación o caminar, ya que reduciremos el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o cáncer, que son las mayores causas de mortalidad.
Además, mejorará nuestro estado de ánimo, autoestima y autocontrol y podremos disfrutar de un mayor bienestar psicológico. También reduciremos el riesgo de sufrir enfermedades como la ansiedad o la depresión.
– Disminuir los productos perjudiciales
Todos sabemos que los fritos, golosinas, la bollería industrial o los aperitivos de bolsa aportan grasas, azúcares industriales y mucha sal a nuestro organismo. Por ello, debemos intentar reducirlos lo máximo posible de la dieta, ya que un exceso de estos puede llevarnos a sufrir enfermedades como la obesidad, hipertensión…
– Evitar el consumo de alcohol y el tabaco
El consumo de estos producirá en nuestro organismo nefastas consecuencias tanto a corto como a largo plazo. Desde enfermedades como el cáncer, de tipo cardiovascular y en las vías respiratorias, destrucción de órganos, envejecimiento prematuro o mayor riesgo de sufrir infartos o ictus, entre otras muchas. Por ello, os recomendamos moderar el consumo de alcohol y evitar el tabaco, nuestro organismo lo agradecerá.
– Mejorar nuestro descanso
Dormir bien es fundamental para vivir mejor, para sentirnos cada día con más energía y vitalidad para afrontar las actividades diarias. Una persona que no duerme bien, no solo tendrá mayor fatiga, mal humor y falta de rendimiento, sino que a la larga le pasará factura con enfermedades y problemas crónicos. Por ello, lo ideal es dormir entre 7 y 8 horas al día, hacerlo en un buen colchón y en una habitación bien ventilada.
Debemos evitar dormir con estímulos como el móvil o la pantalla de televisión, ya que será muy negativo para descansar bien.
Todos estos hábitos nos ayudarán a mantener un corazón sano y fuerte por más tiempo y a sentir mayor bienestar y vitalidad, como recomienda Sport Pulse.